A primeros de año o incluso antes podría llegar a la parroquia el decreto arzobispal aprobando unas reglas que ya la reconocen como nueva hermandad de penitencia. Sería la número 70 de la sección y la décima de las de vísperas.
En el Consejo de Cofradías ya han sido avisados de la novedad y ahí andan haciendo el hueco que ocupará más pronto que tarde la nueva corporación. Una hueva hermandad es una nueva ilusión y un nuevo problema porque nadie duda que con el tiempo también San José Obrero planteará ir a la Catedral. La cuestión será saber cuándo.
Tienen un nazareno de Fernando Aguado, tienen una dolorosa de Luis Álvarez Duarte, anterior en el tiempo incluso que la que se consideró como su opera prima, la Virgen de Guadalupe, y tiene un barrio joven y dinámico detrás que estará pidiendo paso para la nueva cofradía. Como se ve, seguimos igual que hace una década, o peor, con más cofradías en el criadero de las vísperas sin saber finalmente si se van a acoplar en una Semana Santa donde no caben